La nueva colección de Dolce y Gabbana llenó de luz en la Semana de la Moda de Milán, con un desfile lleno prendas clásicas mezcladas con nuevas texturas, además de la diversidad de estampados, pero con el brillo como protagonista tras la oscuridad que ha supuesto la pandemia.
Domenico Dolce y Stefano Gabbana construyeron una colección alegre, en la que más de un centenar de modelos desfilaron con clásicos como la falda tubo, pero también con pantalones con cordones, en sujetador o con la falda-cinturón con hebilla que rinde homenaje a los años 2000.
También se pudieron ver camisetas y blusas amplias, pantalones militares, minivestidos, bañadores sexy y lencería con encaje, para que no falte de nada la próxima primavera-verano.
La elegancia y el glamur, combinados con prendas mas casual como la parka y el raso rosa, es lo que ofrece para el verano Ermanno Scervino, que hoy volvió a las pasarelas de Milán tras las restricciones de la pandemia y que se mostró convencido de que este era el comienzo de una nueva etapa.
Su colección se define por las prendas cortas y atrevidas, con vestidos mini de cuero o macracmé, junto a chaquetas de piel de oveja, shorts de encajes, camisas de plumas o leggins de punto, pero sin olvidar las prendas largas y transparentes.
Salvatore Ferragamo volvió a sus orígenes en el primer desfile para la marca de su nuevo director creativo, Guillaume Meilland, frente a invitados como Brooke Shields, con una combinación de funcionalidad y belleza para lo que lleva una mujer a lo largo del día.
Las modelos desfilaron alternando vestidos glamurosos con camisetas extragrandes, con motivos de huellas animales y estampados florales, con el toque vintage de pañuelos anudados en la cabeza y otros accesorios, además de sandalias o zuecos inverosímiles.