En la nueva novela de Stephenie Meyer, “Sol de medianoche”, se contará la historia desde la perspectiva de ‘Edward Cullen’. Contará con grandes sorpresas.
Las primeras novelas de “Crepúsculo” –y las películas- presentaban la historia desde el punto de vista de ‘Bella Swan’ (Kristen Stewart); sin embargo, el nuevo proyecto de Stephenie Meyer, “Sol de medianoche”, mostrará una nueva perspectiva desde el ojo de ‘Edward Cullen’ (Robert Pattinson).
En esta nueva novela, Meyer muestra una mirada más profunda al corazón y sentimientos de ‘Edward Cullen’, sus conflictos, sus ideales, su naturaleza. Además, cuenta detalles de su proceso de enamoramiento de ‘Bella’ y lo que hizo durante su etapa de “desaparición”.
Desde aquí prestemos atención, ‘Edward’ tiene poderes sobre naturales, al igual que su familia. Mientras el personaje de Robert Pattinson puede leer las mentes, su hermana, ‘Alice’, puede ver el futuro. ¿Una combinación nada despreciable, no?
Desde el inicio de la novela, ‘Edward’ nota que ‘Bella’ es diferente, claro, no puede leer su mente cómo con otras personas. Además, la escena de la clase de biología también es un presagio, pues el aroma de ‘Bella’ resulta irresistible para el joven ‘Cullen’. Por supuesto, ‘Alice’ empieza a tener visiones sobre ‘Bella’, a las que ‘Edward’ puede tener acceso fácilmente, y ve diferentes escenarios: uno donde la mata, otro donde la deja y se va, y uno donde ella se convierte en vampiro; es decir, en una de ellos.
De esta manera, los hermanos empiezan a trabajar en un plan sobre estos escenarios. Por ejemplo, llevar a ‘Bella’ al prado, para que conviva con ellos, deja fuera el futuro donde ‘Edward’ mate a la joven. Además, ya conviviendo, no la dejaría. De esta manera, solo queda la opción de que ‘Bella’ sea uno de ellos.
Edward pasa en casi toda la saga de “Crepúsculo” posponiendo la transformación de ‘Bella’ y dando excusas porque no quiere que pase por el mismo sufrimiento que él pasó, sin embargo, ella nunca cambia de parecer. Es por eso que el joven ‘Cullen’ cuestiona sus decisiones, pues tenía claro que la transformación de su novia era inevitable.