La bióloga brasilera Elisabeth Henschel, con el apoyo de National Geographic, descubrió una nueva especie de pez bagre en la localidad de Río Preto Da Eva.
La naturaleza sigue sorprendiendo a muchos biólogos, así como sorprendió a la bióloga brasilera Elisabeth Henschel. Con el apoyo de National Geographic, la especialista descubrió una nueva especie de pez bagre en la localidad de Río Preto Da Eva, en el estado de Amazonas de Brasil.
Ammoglanis obliquus es el nombre de la nueva especie encontrada. Este no sólo amplía el conocimiento sobre la biodiversidad en Amazonia, sino que hace grandes aportes al estudio de la evolución morfológica de otras clases de bagre.
Cabe resaltar que el descubrimiento de Henschel -quien desde 2018 cuenta con una beca de inicio de carrera de National Geographic Society- llegó de forma inesperada. En agosto de 2019, se encontraba en el primer día de una expedición junto a dos colegas del Instituto de Biología de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). Estaban conduciendo a lo largo de un camino lateral en Río Preto da Eva y pasaron un banco de arena de una corriente que no estaba en el mapa donde habían programado paradas para recoger peces.
«Vimos un curso de agua parcialmente destruido y lo pasamos en línea recta, pero dije que volviéramos a ver qué había allí. Tuve una sensación de seguridad. Pasé la red la primera vez y pronto vi algunos peces transparentes luchando. Pensé ‘Sé lo que es esto'», relató Henschel.
La científica había encontrado un animal desconocido para la ciencia. A fines de febrero de este año, publicó una descripción del Ammoglanis obliquus junto con un grupo de investigadores del Laboratorio de sistemática y evolución de peces teleostáticos de la UFRJ.
El Ammoglanis obliquus es un bagre pequeño y semitransparente, con un patrón colorido y manchas dispersas en todo el cuerpo. La especie crece hasta un máximo de 1,5 cm y vive en bancos de arena cerca de Río Preto da Eva. Si bien difiere de otros bagres en cantidad y forma de huesos, dentición, y número de rayos de las aletas, al igual que otros peces del género tiene un comportamiento parasitario y se alimenta de la sangre y la mucosidad de animales más grandes o en descomposición.
En la actualidad, la cuenca del río Amazonas cuenta con más de 2400 especies de peces y 956 variedades de bagres, lo que lo convierte en el ecosistema con la diversidad de peces más grande del mundo. Con una distribución geográfica más restringida en la mayoría de los casos, las especies de bagres que se encuentran allí son susceptibles de desaparecer debido a los cambios en su hábitat. El banco de arena donde se halló Ammoglanis obliquus, por ejemplo, está ubicado en el medio de un sitio de construcción.
«La conservación generalmente se centra en especies más grandes, pero cuando destruimos las corrientes y los pequeños cursos de agua donde viven estos pequeños peces, hay implicancias a mediano y largo plazo que son desconocidas. Nuestro papel como científicos es proporcionar conocimiento que luego pueda usarse para comprender la importancia de esos peces pequeños para el ecosistema», concluyó Henschel.