El Gloria, primer hotel cinco estrellas de Río de Janeiro y que en su auge fue el preferido de los presidentes brasileños, reabrirá sus puertas este año transformado en edificio residencial, el mismo destino que le espera a otros establecimientos que están vacantes por la fuerte caída del turismo.
La Alcaldía de Río ha autorizado este año que algunos hoteles desactivados por la crisis del turismo sean reconvertidos en edificios residenciales o comerciales, lo que refleja la gravedad de la situación del sector hotelero en la meca del turismo brasileño.
La pandemia del coronavirus, que hundió el turismo, tan sólo fue el puntillazo que derribó un sector ya tambaleante por una oferta de habitaciones que supera significativamente la demanda de turistas aún en temporadas altas.
Río, que tenía unas 30.000 habitaciones de hotel antes del Mundial de fútbol de Brasil 2014 y de los Juegos Olímpicos que albergó en 2016, incentivó la construcción de hoteles en la ciudad para los eventos, una exigencia del Comité Olímpico Internacional (COI), y llegó a contar con una oferta de 62.000 habitaciones.
«Llegamos a tener la red más moderna de América Latina por los Juegos Olímpicos pero las expectativas de negocios, turismo y eventos crecientes no se confirmaron. Y la retracción se agravó aún más con la pandemia», dijo a Efe el presidente do Sindicato de Medios de Hospedaje de Río de Janeiro (HotéisRIO), Alfredo Lopes.
De acuerdo con la entidad, al menos 80 hoteles suspendieron actividades por la pandemia, doce de los cuales de forma definitiva, y cerca de una veintena espera la autorización para su reconversión.
Actualmente la ciudad ofrece unas 52.000 habitaciones a los turistas pero la ocupación hotelera, pese a que se ha recuperado en los últimos meses tras haber caído a niveles históricos por la pandemia, no supera el 45 % de su capacidad.
«La reconversión de los hoteles es algo totalmente necesario porque saltamos desde 30.000 hasta 60.000 cuartos, y ya antes de la pandemia sabíamos que no teníamos ni el número de turistas ni de eventos para garantizar la subsistencia», afirmó Lopes.
El líder empresarial admitió que el proceso de reconversión de hoteles en edificios con nuevos usos, que necesita de autorización municipal, era negociado con la Alcaldía desde antes de la pandemia.
«El objetivo de esa reconversión es darle una nueva utilidad a hoteles ya desactivados o que pueden cerrar, sin generar ningún tipo de empleos y mucho menos de impuestos», explicó.
Y el Gloria es el mayor ejemplo de esa crisis. Este hotel, un palacete neoclásico del arquitecto francés Joseph Gire ubicado en el centro de Río y que cuenta con teatro, casino, salones de fiesta, áreas de diversión y 150 habitaciones, está cerrado desde 2009.
El primer hotel cinco estrellas de Río, primera edificación de concreto armado en Sudamérica y Patrimonio Histórico, cumplirá 100 años en 2022. En su auge, cuando la ciudad aún era la capital de Brasil, era el preferido por políticos, jefes de Estado y artistas.
En 2008 fue adquirido por el empresario Eike Batista, entonces el octavo hombre más rico del mundo, que quería convertirlo en el primer seis estrellas del país. Pero las faraónicas obras iniciadas en 2009 y que serían inauguradas para el Mundial de 2014 quedaron paralizadas en 2013 por la quiebra de las empresas de Batista.
El hotel fue vendido en 2016 al Mubadala, un fondo soberano de Abu Dhabi, y más recientemente al fondo Opportunity, que, tras la autorización de la alcaldía y una nueva y costosa adaptación, lo convirtió en un residencial de 13 pisos que puso a venta este año.
«La reconversión del Gloria, que es icono de la hotelería nacional, sin duda es un gran paso en este momento en que la Alcaldía está revitalizando todo el centro», afirmó Lopes.
La municipalidad sancionó el pasado miércoles una ley que ofrece incentivos a las constructoras interesadas en reformar las cerca de 500 edificaciones abandonadas o degradadas en el centro de la ciudad para convertirlas en residenciales para todas las clases sociales.
El proyecto busca que el centro de Río, copado de edificios comerciales, también sea una zona residencial tras haber sido revitalizado para los Olímpicos con la construcción de museos, un acuario, un paseo portuario y la instalación de un tren eléctrico.
La reconversión de los hoteles puede agilizar la recuperación de un sector que, según HotéisRIO, necesitará de al menos cuatro años para volver a la normalidad, dependiendo de la campaña de vacunación contra la covid, de la recuperación de la economía brasileña y de la definición de un nuevo cronograma de eventos, incluyendo el carnaval, el Reveillon (fin de año) y el Rock in Río.