Detrás de cualquier motivación debe haber un método. Ángela Chami, coach de vida y superación personal, te lo explica aquí.
Todos tenemos sueños, proyectos, queremos mejorar como personas y profesionales, pero estas nunca se materializarán sin buenos hábitos. Los hábitos son pequeñas tareas o comportamientos que se repiten diariamente de forma automática y sin esfuerzo.
Por ello es importante formar hábitos que tengan relación con lo que se desea alcanzar, el proceso que nos hará acercarnos a nuestros sueños. Los hábitos no son algo que surjan de la noche a la mañana. Para ello, es necesario estar enfocado en su consecución, dedicándoles tiempo y esfuerzo tanto físico como mental.
En esta nota vamos a hablar de cómo se crean los hábitos, indicando una serie de pasos que pueden ayudar a lograrlo, además, de una serie de aspectos a tener en cuenta cuando se decide introducir uno de ellos en la vida diaria.
1.- Definir qué es lo que se desea: En este paso nos vamos a preguntar qué es lo que queremos sentir, de eso que queremos alcanzar. Hay que ser muy específicos y plasmar las razones por las que deseamos «eso». Por ejemplo, si lo que deseamos es emprender, iniciar ese nuevo proyecto que por mucho tiempo estuvo dando vueltas en nuestra cabeza, tendríamos que empezar pensando cómo nos queremos sentir en esta nueva etapa, teniendo claras las razones y el propósito de nuestros objetivos.
2.- Lo posible y lo sencillo para acercarte a la meta: En este paso pasamos a la acción. Nuestro enfoque está en lo que podemos hacer hoy para acercarnos a la meta u objetivo. En este paso es importante determinar tiempos específicos y claros.
3.- Buscar las herramientas: Buscar quien te puede acompañar en este proceso, pero muy importante, tiene que ser alguien que ya haya recorrido este camino y pueda a inspirarte a seguir y ser mejor. Pueden ser también programas, libros, artículos, documentales. Toda aquella información y contenido que te agregue valor y nuevo conocimiento.
4.- Revisar los bloqueos o conflictos: Aquí tenemos que revisar esa historia que nos contamos a nosotros mismos de quienes somos, qué merecemos y qué no. Tal vez este sea el paso más difícil, por eso te recomiendo que lo hagas escribiéndolo, o acompañado de alguien que conozca el proceso de revisión de creencias limitantes.