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Sin desfiles, danzas de dragones o un ambiente festivo se recibió la llegada del Año Nuevo en el barrio chino de Londres.

Atrás quedaron los desfiles, las danzas de dragones y el ambiente festivo que solía experimentar con la llegada de su Año Nuevo el barrio chino de Londres, que en esta ocasión recibió tímidamente al calendario lunar del buey con la mayoría de sus comercios cerrados y una sensación de vacío en sus calles.

Tan solo unas filas de farolillos rojos colgados entre las fachadas mostraban un atisbo de celebración este viernes en Chinatown, junto a algunos curiosos que querían inmortalizar el momento para sus redes sociales, o los más golosos, que hacían cola y plantaban cara al gélido clima londinense para conseguir uno de los dulces de la Chinatown Bakery.

Lejos de la extravagancia habitual y el componente familiar y tradicional que caracteriza a esta fiesta, que celebra el inicio del año según el calendario lunar, solo es comparable «a la Navidad» en el mundo occidental, tal y como explicó a Efe el gerente del supermercado See Woo, David Xie, que añadió que en el caso del Año Nuevo Chino las festividades duran 15 días.

Sin embargo, «nada es igual» al año pasado, cuando, incluso con el covid en ciernes, Chinatown recibió a cientos de visitantes venidos de todas las partes del mundo, que coparon restaurantes como el Wanchai Corner, cuyo encargado, Yong Tan, comentó a Efe que la pandemia está «matando» su negocio y que ahora «lo único que puede hacer es preparar pedidos para llevar».

Por ese motivo recuerda con nostalgia las ocasiones anteriores, en las que Tan cuenta que se reunía con la familia y estrenaban ropa y zapatos nuevos para dar la bienvenida al año lunar y disfrutaban de suculentos manjares de la gastronomía asiática.

También el primer ministro británico, Boris Johnson, quiso dedicar unas palabras a la comunidad china en Reino Unido, de quienes destacó su «increíble contribución» al país en campos como el de «la educación, los negocios o la medicina», y pidió que la «fuerza» y determinación» que caracterizan al buey, sirvan para progresar en la batalla contra el coronavirus.

Precisamente es este virus originado supuestamente en China la causa de un reciente aumento en el racismo en el barrio, según advierte Tan. Hay quien ahora dice «no vayas a Chinatown» porque es una zona con covid, alerta el encargado del restaurante, que subraya que «el problema no son los chinos, sino el virus».

Las celebraciones, que se alargarán durante las próximas dos semanas, pasarán este año sus actos desde la calle hacia la pantalla con una programación online variada y a cargo de la Asociación China del Chinatown de Londres (LCCA), que tratará de replicar el espíritu festivo original con la esperanza de recuperar el rugido del barrio con la llegada del año del tigre en 2022.

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